Hoy en un día que se me nubla de a ratos, que apenas ve desde muy lejos el sol que se asoma, me dí cuenta que hay veces que palabras que empezamos a utilizar con todo el sentimiento a veces se gastan.
Si, eso. Las palabras se gastan y se malgastan.
En este día en el que me predominan los grises puedo afirmar que palabras (o frases) como "te amo" o "perdoname" para mí se fueron lavando de sentido. Se fueron destiñiendo con el tiempo. Las fui usando tantas veces para subsanar enojos, tormentas de iras, discusiones o incluso para decir algo, para no dejar que ese silencio que a veces peca de incómodo nos hunda en reflexiones incongruentes. Las fui usando tantas veces, las fui mal-usando tantas veces que pienso que las digo incluso cuando no quiero decirlas.
Ahora, mientras se abre de a poco mi cielo, sentencio que ni un día más voy a hablar de amor cuando siento odio, que ningún día más pediré perdón para zanjar asuntos sin resolver, que ningún día más me mentiré a mí misma para salvar el día.
Hoy, en este día y ahora quiero que sepas que sí te amo, que necesito que me perdones y te perdono. Quiero que sepas que ahora soy esta que ves y lees, que no hay otra, que nunca hubo otra. Yo pelada, sin cielo, sin sol y sin nubes.
Hoy si siento que te amo y te pido perdón.
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